En primer lugar, parte significativa del fuerte incremento de la inversión en años recientes está concentrada en proyectos con un período de inversión superior a un año. Aumentos en productivita, en el capital físico y en el capital humano permiten sostener incrementos en el PIB per cápita.
Antes de analizar la trayectoria reciente de cada uno de los determinantes del PIB per cápita, resulta ilustrativo analizar la evolución de éste en las últimas dos décadas y los principales determinantes detrás de esta evolución. En los últimos 18 años, Chile ha exhibido un rápido y sostenido crecimiento en su PIB per cápita. Es así como el año 1990, el PIB per cápita de Chile superaba levemente los 5.000 dólares, mientras que el año 2007 esta medida superó los 13.900 dólares (ver recuadro). Este significativo incremento en la cantidad de bienes y servicios por habitante le ha permitido a nuestro país reducir de manera significativa la brecha de PIB per cápita que nos separaba de los países desarrollados hace tan sólo dos décadas atrás. Sólo dos países con ingresos per cápita similares en los noventa exhibieron un aumento tan notable en esta variable (Botswana y Trinidad y Tobago).
Los incrementos en nivel de capital humano hacen más productiva cada unidad de trabajo, aumentando la cantidad de bienes y servicios que la economía produce con el mismo trabajo y capital físico. El stock de capital físico depende a su vez de la cantidad de inversión en cada período. El stock de capital físico disponible para la producción corresponde a la suma del stock de capital del período anterior, neto de depreciación, más la inversión del período.
La inversión ha mostrado un notable dinamismo en años recientes. En los últimos 4 años, la inversión en capital fijo ha crecido a una tasa real promedio superior al 10,9%. El año pasado la tasa de inversión en capital fijo alcanzó un nivel récord de 25,8% del PIB. Durante el primer semestre del 2008 la inversión en capital fijo creció un 19,9%. Este notable desempeño de la inversión se produce en un cuadro de considerable inestabilidad financiera internacional. Por su carácter de largo plazo, la estabilidad y perspectivas futuras del país constituyen elementos centrales en las decisiones de inversión. Si existe confianza en las perspectivas de crecimiento, en la estabilidad de la economía y en sus instituciones, los inversionistas llevan a cabo sus proyectos de inversión. Una muestra de la confianza en las perspectivas futuras de nuestra economía y en su estabilidad viene dada por la inversión extranjera directa. La tasa de inversión extranjera directa neta en nuestro país alcanzó un 6,5% del PIB el año pasado. Todo lo anterior permite pronosticar que las altas tasas de inversión se mantendrán en años futuros, contribuyendo de esta forma a expandir las posibilidades de crecimiento futuro de nuestra economía.
El fuerte incremento de la inversión y de esta forma del stock de capital presente y futuro de la economía chilena sitúa a Chile en un lugar de vanguardia en el contexto de un grupo de países destacados. En efecto, al realizar una comparación internacional, el crecimiento real de la inversión en Chile durante el período 2004-2007 lo posiciona en el tercer lugar del ranking de crecimiento de la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) en relación a los países que conforman la OCDE.